viernes, 1 de mayo de 2015

Cordones.

Por las mañanas cuando me levanto me pongo mis zapatillas y miro mis cordones. Voy a trabajar pensando en si mis cordones están bien puestos. Otro caso de corrupción, pero mis cordones están bien atados. Otra persona con dependencia que muere abandonada rodeada del duro trabajo de su familia, pero mis cordones están bien atados. Son blancos y están limpios. Se golpea a los ciudadanos por manifestarse por defender derechos absurdos, lo que tienen que hacer es trabajar o montar su negocio; miradme a mí tengo los cordones limpios y atados. Deberían aprender de mí, soy todo un ejemplo. En la empresa nos dicen que nos van a reducir el contrato y que lo que falta lo van a pagar en horas extra, qué bien. Los libros escolares cuestan mucho dinero, miro mis cordones y se empiezan a ensuciar. Mi madre enferma y nos dicen que en nuestro hospital no está ese servicio, que vayamos a una clínica de la gran ciudad que nos atenderán mejor. No doy abasto, entre ir a cuidar y acompañar a mi madre, trabajar y cuidar de mis hijos. El jefe no me quiere dar horas libres, no puedo más. Con tanto sueño acumulado empiezo a trabajar mal, el encargado dice que así no puedo seguir. Mi madre empeora, tengo que estar con ella. Me dice que sea feliz, que disfrute con los vivos, con los nuestros, que es lo único que tenemos. El jefe me despide, ha encontrado a alguien más joven, con más energía. Me apunto al paro, la cantidad que recibo no es proporcional a lo que he trabajado. Tantos años para una miseria, apenas nos da para pagar la comida de los pequeños. Miro mis cordones y están llenos de mierda. Veo que alguien intenta quitarme las zapatillas y lo consigue, sin esfuerzo. Tengo los pies desnudos, siento el frío de la realidad. ¿Estoy solo? Por una vez, levanto la cabeza. No lo estoy. Hay gente conmigo, cuidándome. Son desconocidos, pero se preocupan por mí más de lo que nadie lo ha hecho. Dicen que tenemos que cuidarnos los unos de otros, que somos personas, que la vida es lo primero. Voy con ellos a manifestarme. Frente a mí la policía. No estamos haciendo nada malo, solo cuidamos los unos de los otros, codo con codo. Defendiendo la vida. Me dan igual los cordones, las zapatillas. Prefiero mis pies descalzos, sentir el frío. No estoy solo.

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